La piel es el órgano más sensible y extenso de nuestro
cuerpo. A través de ella, el bebé siente el frío, el calor, lo suave, lo
mojado. Las emociones más profundas recorren su piel: una lagrima de emoción,
el pañal mojado en su cola, el calor de los brazos de mamá y papá, la suavidad
del algodón en su cuerpo y las manos protectoras de aquellos que lo aman. Las
caricias en la piel expresan al bebé lo
que queremos transmitirle.
Hasta que el bebé empieza a hablar, el poder de las caricias
son esenciales para comunicarte con él.
El Masaje Infantil facilita la comunicación no verbal entre los padres y
el recién nacido, proporcionando confianza mutua e incrementando el autoestima,
propiciando la construcción de la integridad del cuerpo y del esquema corporal.
El Masaje Infantil brinda muchos beneficios tanto al bebé
que lo recibe como al adulto que los realiza. Proporciona un mejor
funcionamiento del sistema gastrointestinal, colaborando en la eliminación de
gases y cólicos que se dan frecuentemente en los 3-4 primeros meses del bebé. Ayuda
al sistema respiratorio y circulatorio, estimulando la producción de endorfinas,
las cuales colaboran reduciendo el estrés, proporcionando estados de mayor
relajación y liberación de la tensión.
El tacto, es una de las formas más hermosas de contacto que
la mamá y el papá pueden tener con su bebé. Los primeros meses, resulta difícil
encontrar la forma adecuada de acercarnos y conectarnos con ese ser tan
chiquito que llegó a nuestra vida. Resulta también complicado, por los
quehaceres cotidianos, encontrar tiempos de exclusividad con el bebé. Es por
eso, que la caricia, a través del Masaje, permite que el vínculo se trasforme
en algo puramente nutritivo y enriquecedor para los padres y su bebé, integrándolo,
anidándolo y conteniéndolo.
El vínculo es algo singular y particular que se construye y
genera en la interacción de dos personas. El bebé necesita del vínculo con un
adulto ni bien nace para sobrevivir. El Masaje Infantil posibilita la
generación de un buen vínculo entre la mamá y su bebé, siendo facilitador del
desarrollo.
El vínculo se genera a partir de un montón de sensaciones y
emociones que sobrevienen tanto al bebé como a sus padres. Desde el tacto, la
mirada, el acercamiento, el sostén.
Algunas cosas que potencian y favorecen el vínculo de los
padres con su bebé:
-Estar atento a sus necesidades (fisiológicas y
emocionales)
-Tener empatía con el bebé
-Prestarle atención, observarlo, decirle cuanto lo
queremos desde lo verbal, desde lo gestual y lo corporal.
-Acompañarlo en su crecimiento y desarrollo.
-Cuidarlo, protegerlo, alimentarlo nutritivamente
-Tener un tiempo de exclusividad con el bebé, fuera de toda
rutina, como ser un masaje, cantarle una canción, jugar con en el piso.
El proceso del Vínculo es muy importante para la enseñanza
del Masaje Infantil, ya que uno de los pilares de este arte es brindar este
espacio de contacto cercano y nutritivo de los padres hacia su bebé y
viceversa. En el Taller de Masaje Infantil, a partir de la observación, se
trabaja con cada familia el vínculo, habilitando un espacio de conexión
exclusivo, respetando el tiempo y dando herramientas a los padres para una conexión
positiva con su bebé.
Hacerle masajes y caricias a nuestro bebe, es una de las
tantas formas de darle amor.
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