lunes, 16 de noviembre de 2015

¿Por qué hacerles Masajes a nuestro bebé?

Los Beneficios del Masaje Infantil

Los beneficios del Masaje Infantil son innumerables y muy valiosos, tanto para el bebé que lo recibe, como para el adulto que lo brinda.

En relación al bebé, el masaje colabora con la comunicación no verbal, facilitando la interacción. El bebé puede sentir el amor de sus padres y el respeto a través del tacto nutritivo. Al mismo tiempo, facilita el vínculo afectivo y el apego seguro, brindando un tiempo mutuo de calidad y de atención.


Asimismo, contribuye a la relajación del bebé, disminuyendo los estados de estrés y mejorando los patrones del sueño. También aumenta la capacidad de autorregulación,  incrementando la flexibilidad y normalizando el tono muscular. El Masaje Infantil contribuye a la estimulación, mediante el desarrollo del lenguaje, fomentando la capacidad de aprendizaje. Estimula los aparatos: digestivo, circulatorio, respiratorio y los sistemas: hormonal, inmunitario, linfático, nervioso y vestibular (coordinación y equilibrio) y fomenta la integración sensorial y las conexiones neuronales, ya que incrementa la mielinización.


Este arte milenario colabora activamente en el alivio de cólicos y gases, que afligen tanto a los bebés durante los primeros meses de vida. Ayuda al estreñimiento y calma los calambres gastrointestinales. También, libera la tensión física y psicológica y colabora con la reducción de la hipersensibilidad en la piel, por eso también puede realizarse sobre bebes prematuros.


Con respecto a los padres que lo practican asiduamente, se sienten más relajados y empiezan a conocer mejor a su bebé,  sus manifestaciones y sus gestos. Colabora en la lactancia materna y disminuye la depresión post parto. Provee de herramientas para el contacto, brindando a los padres un momento único con su bebé. Esto mejora la autoestima y la confianza de los padres, siendo una oportunidad para adquirir habilidades nuevas, contribuyendo a una mejor crianza. Brinda al  papá la posibilidad de conectarse tempranamente con su bebé en un espacio y tiempo exclusivo y de calidad.




Por todo esto, cada vez son más los padres que eligen hacerle Masajes a su bebé desde su nacimiento, acercándose a esta técnica sencilla de aprender, fácil de practicar y lo más importante: encontrando en el masaje infantil una herramienta para brindar dedicación, contención y mucho amor.

Yanina G. Benasus

Lic. En Psicología- Educadora de Masaje Infantil Certificada por la Asoc. Internacional de Masaje Infantil

viernes, 6 de noviembre de 2015

Construyendo el vínculo a través de la caricia

La piel es el órgano más sensible y extenso de nuestro cuerpo. A través de ella, el bebé siente el frio, el calor, lo suave, lo mojado. Las emociones más profundas recorren su piel: una lagrima en su mejilla, el pañal mojado en su cola, el calor de los brazos de mamá y papá, la suavidad del algodón en su cuerpo y las manos protectoras de aquellos que lo aman. Las caricias en la piel expresan al  bebé lo que queremos transmitirle.


Los primeros meses, resulta difícil encontrar la forma adecuada de acercarnos y conectarnos con ese ser tan chiquito que llegó a nuestra vida. Resulta también complicado, por los quehaceres cotidianos, encontrar tiempos de exclusividad con el bebé. Es por eso, que la caricia, a través del masaje, permite que el vínculo se trasforme en algo puramente nutritivo y enriquecedor para los padres y su bebé, integrándolo, anidándolo y conteniéndolo. El tacto, es una de las formas más hermosas de contacto que la mamá y el papá pueden tener con su bebé.

El vínculo es algo singular y particular que se construye y genera en la interacción de dos personas. El bebé necesita del vínculo con un adulto ni bien nace para sobrevivir y adaptarse al nuevo mundo.  

A medida que el bebé crece, hay actitudes que nos permiten potenciar este vínculo, favoreciendo el desarrollo del bebé, como por ejemplo:  

-Estar atento a sus necesidades (fisiológicas y emocionales)
-Tener empatía con el bebé (ponerse en el lugar del bebé)
-Mirarlo a los ojos, reconocer el lenguaje no verbal que se gesta en los primeros meses.
-Prestarle atención, observarlo, decirle cuanto lo queremos desde lo verbal, desde lo gestual y lo corporal.
-Acompañarlo en su crecimiento y desarrollo.
-Cuidarlo, protegerlo, alimentarlo nutritivamente
-Tener un tiempo de exclusividad con el bebé, fuera de toda rutina, como ser un masaje, cantarle una canción, jugar con en el piso.

La caricia, a través del masaje posibilita la generación de un buen vínculo entre los padres y su bebé,  construyendo así de un espacio exclusivo, de calidad y mucho amor.

Animate a hacerle masajes a tu bebé y expresale todo aquello que sentís!

Yanina G. Benasus
Lic. En Psicología / Eduacadora de Masaje Infantil (certificada por la IAIM)